jueves, 2 de octubre de 2008

Breve fragmento

...Tenía una cabañita en el sur el, en un pueblito bien metido en medio del silencio, un lugar alejado de todo, “Vamos a pescar que se viene una tormenta” me decía y ahí nomás armábamos un bolsito y salíamos disparados. Viajabamos en uno de esos aviones y yo veía el cielo completamente despejado y pasabamos por el Río de la Plata sin dar las vueltas que le dabamos siempre. A mi nunca me gustó pescar, además nunca había pique. Yo me echaba panza arriba en el bote y mirando al cielo me imaginaba cuanto más lindo se vería ese lago desde el avión que el Río de la Plata. Pero esa última vez hubo pique, se conoce que era temporada de desove de salmón. “Al salmón hay que devolverlo al lago, vivo hay que devolverlo” me decía, porque estaba en peligro de extinción. ¿Qué sentido tenía tener pique, recoger y volver a tirar?, además yo no quería devolver nada, con lo que me costó a mi tener algo desde chico... así que al primero que levanté le di para atontarlo y que se quedara quieto y así el viejo no se daría cuenta que lo tenía escondido en la campera. Pero vi que tenía la panza hinchada, ahí me embargó una emoción, al ver a esa madre luchando contra el aire me conmoví y supe que podría ser un buen escritor. Y justo en ese momento mi caña tuvo otro pique y yo nada, solo tenía ojos para esa madre maravillosa con su panza llena.. y la caña se fue al agua y el viejo me puteó de arriba abajo, como nunca antes nadie me había puteado, estaba desencajado, hacía un tiempo que estaba así, distinto, y como yo no le prestaba atención me zamarreo de un hombro... así que bueno ...

Silencio.

... era como un padre para mí…

Silencio.... pero cuando empezás a ver puntitos plateados y cuando las cosquillas te suben por los brazos ya no te podés frenar. Una piña nada más, una sola piña alcanzó para tirarlo al lago y bajarle un diente. Lo que más lo enojó creo que no fue ese golpe si no que hubiese intentado salvar a la mamá salmón antes que él…no se la bancó. No me quería lo suficiente evidentemente, me hecho a patadas a la calle. Siempre me va a quedar la duda si lo que la madre salmón tenía en el ojo que miraba hacia mí era agua del lago o una lágrima. Siempre me va a quedar la duda si se salvó o si al menos sus crías... "
Fragmento de la obra "Cascarita" No luce ni cierra de Pablo Iglesias

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